Plan Nacional de Lectura

Lectura en voz alta

Entre las estrategias diseñadas por el Ministerio de Educación de la Nación, para fomentar la lectura, se ha establecido la importancia de compartir lecturas en voz alta de manera cotidiana, sistemática y significativa como primer paso hacia otras múltiples modalidades de lectura. Dicha acción, orientada a docentes, estudiantes y otros integrantes de las instituciones escolares se enmarca en el fortalecimiento de la escuela como comunidad de lectores.

Este lineamiento que se incluye en la propuesta de los distintos niveles educativos, devuelve a la lectura su centralidad en el ámbito de la escuela, no sólo en la clase de literatura sino en todos los espacios curriculares, tal como se la reconoce en la Ley de Educación. Es una de las muchas formas en que la escuela puede asumir su responsabilidad de garantizar a cada uno de sus estudiantes el derecho a leer.

Los docentes pueden seleccionar material de distintos tipos textuales y de un progresivo nivel de dificultad, pensando en un recorrido lector a largo plazo que el mismo grupo de niños y niñas, irá construyendo durante toda la escolaridad.

 

Objetivos de esta propuesta pedagógica:

-Incorporar la centralidad de la lectura en los dispositivos curriculares e institucionales.

-Sumar la lectura compartida cotidiana como itinerario pedagógico, como espacio y formato novedoso para enseñar y aprender.

-Atender a los intereses, necesidades y potencialidades de los estudiantes que irán definiendo su propio recorrido lector. Garantizar desde la escuela su derecho a leer.

-Mejorar la calidad y la trayectoria educativa de los estudiantes que conocerán más autores, temas, tipos textuales, colecciones, nuevas formas de acceder a la información.

-Experimentar nuevos formatos de organización escolar —nuevos roles y figuras adecuadas a la propuesta: docentes como modelos lectores, equipo institucional de fomento de la lectura (incluye al responsable de la biblioteca escolar), horarios semanales específicos para club de lectura de los docentes participantes y para la planificación de acciones.

-Contribuir a la formación específica en fomento de la lectura de los docentes que participen.

 

Algunas recomendaciones:

-Establecer el momento de la lectura antes de comenzar con las tareas escolares del día. Es importante la sistematización, crear un tiempo y espacio amigable y cotidiano que se instale diariamente en el aula.

-Leer en voz alta previamente el texto elegido. No todos los textos son para leer en voz alta: se deberá experimentar hasta encontrar los adecuados.

-Buscar la entonación justa, enriquecer el texto con la expresión y la voz.

-Calcular el tiempo de la lectura diaria.

-Se sugiere que al menos el 70% de las lecturas sean literarias y un 30% de textos informativos, notas del diario, comentarios, textos humorísticos, cartas, u otros.

-Al finalizar, darle la oportunidad a los alumnos y alumnas de preguntar aquello que necesiten para comprender lo leído, sin caer en la tentación de “enseñar el texto” o imponer alguna interpretación.

-No elegir textos que sean utilizados luego para otros aprendizajes. Es importante tratar de desvincular esta lectura de la tarea diaria, de modo que los chicos puedan diferenciar ese momento.

-Es interesante que los textos puedan ser elegidos también a sugerencia de los alumnos y alumnas, o los padres y/o familiares que quieran aportarlos.

-En el transcurso del año escolar se puede invitar a las familias a realizar la lectura inicial.

-Evitar el uso de fotocopias para la lectura. Ver, tocar y sostener en las manos un libro es, en sí, una estrategia de animación lectora.

 

Nota: Se puede encontrar más información y bibliografía recomendada en el capítulo “Leer todos los días”, del cuadernillo “Buenos libros para leer, Buenos días para crecer. Reflexiones y propuestas para el mejoramiento de la lectura en el nivel primario.

 

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