Plan Nacional de Lectura

El autor del día: Conrado Nalé Roxlo

Homenaje a este gran escritor argentino, a 115 años de su nacimiento.



 

A 115 años de su nacimiento, y con el corazón “de grillo”, tal como dice uno de sus más conocidos poemas, homenajeamos hoy a este escritor argentino, que supo ser poeta, dramaturgo y humorista.

 

“Música porque si, música vana/ como la vana música del grillo/ mi corazón eglógico y sencillo/ se ha despertado grillo esta mañana”.

 

Cuenta la leyenda que una mañana de 1921, luego de una noche agotadora destinada a  la escritura de una larga composición titulada “Canto a Rusia”, el por aquel entonces apenas veinteañero Conrado Nalé Roxlo (1898 – 1971) escribió de un tirón este soneto sin siquiera imaginar que la primera y segunda edición de “El Grillo” se agotaría rápidamente y que por el libro que reúne éste y otros poemas, recibiría el primer premio de la editorial Babel, de la mano de un jurado presidido por Leopoldo Lugones.

 

Por aquellos años, Nalé Roxlo –recordado luego como un hombre encantador, ingenioso y querido-  se reunía con jóvenes intelectuales en El Almacén de la Cueva, una fonda rebautizada por ellos "El Puchero Misterioso", porque por sólo 50 centavos se podía comer un suculento puchero con pan, vino y café. Amigo de Roberto Arlt, fueron sus extensas cartas (treinta y ocho carillas escritas en papel de envolver con letra apretadísima), las que lo mantuvieron conectado al mundo de la literatura cuando un par de años antes y debido a la situación económica, había tenido que tomar un empleo de cajero en un almacén de Ramos Generales de la ciudad de Posadas.

 

De vuelta en Buenos Aires, y con el prestigio de “El Grillo”, Nalé Roxlo pudo finalmente dedicarse a escribir. Cultivó distintos géneros con un amplio registro que en su poesía –luego traducida al inglés, francés e italiano- va desde la ternura y el humor de “El grillo” hasta la melancolía y la reflexión en “Claro desvelo” y “De otro cielo”.

 

Sus dramas recrearon poéticamente argumentos de origen legendario como “La cola de la sirena”, “El pacto de Cristina” y “Judith y las rosas”. Bajo los seudónimos de “Chamico” y “Alguien”, publicó en diarios y revistas regularmente cuentos humorísticos por espacio de veinte años, que reunió en colecciones: Cuentos de Chamico (1941), El muerto profesional (1943), Cuentos de cabecera (1946) y La medicina vista de reojo, mi pueblo (1953).

 

También se dedicó a la literatura infantil. Desde 2003, sus textos han integrado antologías y colecciones editadas por el Plan Nacional de Lectura, como en el caso de las “Cuentos para seguir creciendo” y “Leer también es una pasión”.

 

Hoy lo recordamos con un texto especial para los más pequeños, titulado “La escuela de las hadas” que comienza diciendo así:

 

“Las hadas tienen orígenes muy diferentes. Pueden nacer del huevo azul que ponen las golondrinas cuando en la alta y oscura noche se rozan sus alas con las del Ángel de la Guarda; del agua de una fuente que haya oído cantar a los niños la misma ronda durante cien años … Pero no quiero hablar ahora de las hadas de origen misterioso, sino de cómo puede llegar a serlo cualquier niña con menos trabajo que aprobar el segundo grado. Solo hace falta un poco de suerte, como para todo en esta vida, y un corazón bien puesto.

 

Mi hermanita Cordelia es hoy una de las hadas más poderosas, y eso que era una chica bastante tonta, que gritaba como una descosida cuando yo le daba un tirón del pelo y que no sabía comer chocolate sin ensuciarse la cara….”

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