La fecha fue instaurada en 1967 por IBBY (Organización Internacional para el Libro Juvenil, por las siglas inglesas de International Board on Books for Young People), en conmemoración por el aniversario del nacimiento del escritor Hans Christian Andersen. La intención, que se renueva cada año, es estimular el amor por la lectura y promover el interés por los libros para niños.
“Mamá, te voy a contar por qué me gusta leer: porque con la lectura conozco mundos mágicos”, una explicación simple y concreta de una nena de seis años, sobre algo que a los teóricos y estudiosos le lleva años definir y muchas palabras.
Palabras que contienen a todo el mundo de la lectura: el viaje, la posibilidad de ir más allá, de atravesar el mundo entero y también un poco más.
Desde el Plan Nacional de Lectura celebramos este día, que se renueva y tiene sentido en cada libro que editamos, en cada libro que llega a las escuelas, en cada libro que permite el maravilloso encuentro de los chicos con las letras y los dibujos.
Los invitamos a todos a celebrar este día, a leer y releer libros que nos conmovieron, nos entusiasmaron, nos entristecieron, nos hicieron descubrir nuevas formas de pensar, nos alegraron, nos divirtieron, nos provocaron.
Los invitamos a leer en el aula, en la biblioteca, en los recreos, en los pasillos, en silencio, en voz alta.
Los invitamos a preguntarles a los chicos por sus libros favoritos.
Los invitamos a releer, una y muchas veces las historias que nos permiten viajar por mundos mágicos.
“Otra vez…léemelo de nuevo…una vez más…”, acceder a la repetición que piden los chicos cuando terminan de leer un libro que les gustó, porque de alguna manera es acceder a la posibilidad de ser feliz nuevamente.
Daniel Pennac, en su libro Como una novela, dice: “En la lectura hay que imaginar todo…la lectura es un acto de creación permanente” y nosotros agregamos que es también un espacio y lugar para soñar.
Porque como dice el poeta Ricardo Zelarayán “Cuando uno sueña se da el gusto de caminar no sólo por el techo sino también por el cielo –el techo del mundo- que además puede comerse porque es azul y dulce. Y uno puede bañarse en las nubes de la lluvia que caerá mañana, aquí o en otra parte, y después caer directamente como una gota o una pelota o deslizarse suavemente como un pájaro sobre las hojas de los árboles”.
- LA ESCRITORA MANO A MANO
- Como si el ruido…