Plan Nacional de Lectura

El lector justo

Conferencia de la escritora Laura Escudero en el marco del proyecto Lectores para la Justicia.



El mes pasado la escritora brindó su conferencia El lector justo en el marco del Proyecto Lectores para la Justicia en la ciudad de Córdoba.

Compartimos fragmentos de la misma:

 

(…)“Cuando hablo de lectura me refiero a un concepto extendido. A cualquier acto humano que devenga construcción de sentido. Me refiero a ustedes que leen en mi rostro, qué más quiero decir además de lo que dicen mis palabras. Me refiero a mí leyendo qué lugar es este y quiénes son ustedes. Todos estamos leyendo el mundo todo el tiempo y buscando nuestra situación allí. Todos somos signos para otros y los otros son signos para nosotros.

 Y muchas formas de lectura suceden en la intimidad. Es más, constituyen nuestra intimidad: espacio subjetivo de refugio y encuentro con uno mismo.

(…)

La lectura viene entonces a dar un lugar. Y luego la lectura de lo escrito expande ese dominio del ser. Del sentido de la existencia.

Porque como dice Graciela Montes, una gran teórica de la lectura: “leer lo que fue escrito supone además, y sobre todo, entrar al mundo de lo escrito, al registro de la memoria de la sociedad. Su sedimento de significaciones. Lo que se considera por alguna razón perdurable, merecedor de quedar asentado. La suma de los textos es la tela, el inmenso tapiz en el que las sociedades que han desarrollado escritura dejan registro expreso de los universos de significación que fueron construyendo a lo largo del tiempo y las circunstancias.

(…)

Para quien vive dentro de una sociedad de escritura, no es lo mismo leer que no leer, no es lo mismo, entretejerse y formar parte del tapiz que quedar mudo y afuera.

(…)

He llegado hasta aquí para decir que me parecen imprescindibles las políticas de lectura. Que el acceso a los libros como bienes culturales es un derecho que hay que garantizar. Que todas las personas de nuestro país debieran poder elegir ser lectores. Y nadie elige lo que no conoce. Que la cultura es un derecho cívico. Que todo ciudadano lo será de manera efectiva si puede realmente ejercer su ciudadanía con capacidad de lectura. Es decir, si puede leer el mundo que lo rodea, sus circunstancias y puede elegir conociendo el argumento de sus deseos. Nada menos.

 (…)

La lectura puesta en acto me remite a los charcos oscuros, poco visibles, sobre los que cabe más la sospecha que la certeza. Pienso en la lectura “en situación” poniendo en marcha diversas y complejas interacciones dentro de un sujeto de manera simultánea. Porque las condiciones de lectura efectivas se producen en un espacio enigmático y, voy a adelantarme, se producen con un despojamiento de los predicados de utilidad. Quisiera consignar en este punto la diferencia entre utilidad y productividad. Voy al diccionario:

Busco Utilidad  dice: (Del lat. utilĭtas, -ātis).   

1. f. Cualidad de útil1. 

Busco Útil (Del lat. utĭlis).       

1. adj. Que trae o produce provecho, comodidad, fruto o interés.      

2. adj. Que puede servir y aprovechar en alguna línea.

 

Es un efecto por fuera del sujeto, permítanme observar, y remite a una voluntad. A algo que se puede controlar.

Productividad (Del lat. productīvus).Dice:     

1. adj. Que tiene virtud de producir.    

Busco entonces producir: (Del lat. producĕre).          

tr. Engendrar, procrear, criar. Se usa hablando más propiamente de las obras de la naturaleza, y, por extensión, de las del entendimiento.

Es efecto de un sujeto ligado a la existencia. Aún a pesar suyo todo sujeto creará algo, si vive.

 

(…)

Por eso, propongo situarme en el paradigma de la productividad para hablar de la lectura. Y no hace falta decir que si me ubico en ese lugar será pensando en la Literatura.   
       Cuando hablamos de “LA LECTURA” en general nos referimos a una abstracción. Digamos, a una situación ideal que facilita su abordaje teórico y se presenta desprovista de las condiciones de puesta en acto; por lo que entraña una pérdida. Una pérdida de productividad, si me permiten. Todavía más, el uso de la expresión “LA LECTURA” ha sufrido un desgaste, un alisamiento, por repetición e insistencia. Porque también las palabras tienen sus propias metamorfosis de sentido. De modo que a fuerza de un uso aséptico la expresión “LA LECTURA” ha ido desdibujando el sentido que la liga a la situación concreta que evoca. Para ser gráfica: Es la lectura a la que se refieren las estadísticas de cantidad de libros leídos por persona en tal o cual país. Por otro lado ¿cómo las sacarán? Las ventas no dicen todo. Hay bibliotecas con usuarios. Libros en internet y redes de amigos con intensos intercambios. Además las personas somos mentirosas, no por intención más bien por olvido. Me refiero a esa lectura sobre la que nadie se atrevería a cuestionar su importancia. Ni siquiera los que la miran de costado y piensan que un libro es un objeto suntuario y que los lectores son sujetos ociosos. Y es porque LA LECTURA aséptica ha llegado a perder al sujeto. Se puede hablar de la lectura prescindiendo de un lector concreto. Le falta un nombre propio. Y el sentido de esta LECTURA a la que me refiero, se ha diluido, en un genérico como La Paz, La Humanidad, La Solidaridad.  En un colectivo tan ampliado que nos libera de toda responsabilidad, porque son casi dogmas, lugares comunes incuestionables, políticamente correctos que nos contienen a todos por igual sin recortar a nadie en particular.

(…)

No propongo abandonar el uso de la expresión “LA LECTURA” sin embargo sugiero no olvidar el carácter instrumental de su significación. Y también invito a detenernos  en la situación de lectura particular, oculta, incierta y subjetiva (porque está sujeta a un trabajo íntimo). Esta propuesta tal vez no sea de gran utilidad pero creo que puede ser productiva.

(…)

Cosas más interesantes pueden suceder al interior de los ámbitos ligados al poder judicial: que se apoyen las políticas públicas de lectura porque es algo de lo que el Estado no puede desentenderse. Que se conciba al ciudadano como lector y al lector como ciudadano con derechos, entre los cuales, está el acceso a la cultura. Que se garanticen esos derechos. Que quienes ejercen la justicia puedan ser lectores justos. Porque las múltiples formas de interpretar al mundo, y a los demás también, se encuentran en los libros de literatura”.

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