Plan Nacional de Lectura

La magia que iluminó el lenguaje

En esta fecha que celebra la existencia de los libros, homenajeamos a Cien años de soledad, la novela emblemática de García Márquez.



La noticia de su muerte pobló de reseñas y entrevistas los diarios del mundo y un periódico español recordó que Gabriel García Márquez  había definido alguna vez a su novela cumbre como “un vallenato de 400 páginas". Tanto le gustaba al escritor esta música, que en medio de la tristeza de su funeral, un trío con acordeón, caja y guacharaca le rindió homenaje haciendo bailar a la gente, lectores de su obra que se habían acercado a despedirlo.

La historia de  “Cien años de soledad”, hito del llamado boom latinoamericano, tiene un giro muy curioso para los argentinos porque su primera edición se publicó en Buenos Aires, bajo el sello editorial Sudamericana que dirigía Paco Porrúa.

"Estoy trabajando en mi quinto libro. Es una novela muy larga y muy compleja en la cual tengo fincadas mis mejores ilusiones", le escribía García Márquez en una carta fechada el 30 de octubre de 1965. "A pesar de las dificultades con que trabajo en este libro que he planeado durante unos 15 años, estoy haciendo esfuerzos para terminarlo a más tardar en marzo", explicaba el colombiano al editor.

Años después, se conoció que cuando terminó con el manuscrito, García Márquez fue con su esposa a la oficina de correos a enviar el libro a Buenos Aires. El envío del paquete valía 82 pesos. Pero sólo tenían 50, así que dividieron los 590 folios de 28 líneas cada uno y cada línea de 60 matrices o golpes por la mitad y enviaron los 10 primeros capítulos. Regresaron a la casa, tomaron algunas cosas para llevar a la casa de empeños, de modo de poder completar el envío. Al salir de la oficina de correos, su esposa Mercedes, que no había leído el libro, le advirtió: “Oye, Gabo, ahora lo único que falta es que esta novela sea mala”.

“Agosto de 1967 fue el mes que cambió la vida de Gabriel García Márquez. Había cumplido 40 años el 6 de marzo de ese año, y en septiembre anterior había puesto punto final a Cien años de soledad, su novela de gloria”, escribió Tomás Eloy Martínez. “En mayo, cuando la revista Mundo Nuevo adelantó en París el fragmento sobre el insomnio en Macondo, una ráfaga de deslumbramiento corrió entre los lectores hispanoamericanos. Se estaba ante la completa novedad de un lenguaje sin antecedente y de una osadía narrativa que sólo podía compararse con Rabelais, con Kafka y con los cronistas de Indias. Aun así, el autor seguía siendo casi un desconocido. En su casa de San Angel Inn, al sur de la infinita ciudad de México, seguía enredado en apuros económicos que le impedían pagar a tiempo el alquiler y obligaban a su mujer, Mercedes Barcha, a pedir que les fiaran sin término los alimentos en el mercado”.

La edición original –la realizada en Buenos Aires – constaba de 8 mil ejemplares, que se agotaron rápidamente. Desde entonces el libro se ha traducido a 39 idiomas y ha vendido 40 millones de ejemplares.

A decir de la escritora argentina María Rosa Lojo (en su artículo “El escritor que nos hizo conocer el hielo”): “Cien años de soledad” no sólo es un redescubrimiento poético del mundo, sino un mapa simbólico de la historia de Colombia. Como nuestro "Matadero", Macondo se erige en tanto "simulacro en pequeño" de lo que ocurre en el país a través de varias generaciones de los Buendía. No hay fechas precisas ni cronologías, pero sí emergen episodios traumáticos reconocibles, así como las pautas constructivas y los valores de una sociedad marcada por la violencia intestina.

Para quienes aún no lo han leído, o para los que ya visitaron sus páginas, les dejamos la frase que da inicio a una historia, historia que abrió la puerta a un género literario, género literario que iluminó mágicamente el lenguaje.

Allá por el año 1965, García Márquez se sentó frente a su Olivetti y escribió: Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.-

El día mundial del libro

¿Qué se celebra hoy? ¿Por qué en esta fecha?

Es una conmemoración celebrada a nivel mundial con el objetivo de fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.

Se celebra cada 23 de abril desde 1996 en varios países, este año ya en más de un centenar.

La fecha fue elegida porque coincide con el fallecimiento de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega en el años 1616 (aunque realmente no es así: Cervantes falleció el 22 y fue enterrado el 23, mientras que Shakespeare murió el 23 de abril del calendario juliano, que corresponde al 3 de mayo del calendario gregoriano).

De todos modos, Unesco tomó este día a modo de convención universal, con el objetivo de fomentar la cultura y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.

 

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